El aceite de oliva representa un tesoro en la dieta mediterránea. Ha perdurado a lo largo de los siglos entre las costumbres gastronómicas, ya que proporcionan a los platos un gusto único y un aroma característico.

Entre las numerosas cualidades del aceite de oliva, podemos resaltar la gran cantidad de vitaminas (A, D, E i K), que retrasan el envejecimiento de las células y protegen y regeneran la epidermis. Además, un consumo regular nos puede proteger de enfermedades cardiovasculares, ya que reducen el colesterol perjudicial y aumentan el saludable.

El aceite de oliva tiene otros beneficios, como la mejora de la absorción de calcio, el magnesio y el zinc, hecho que ayuda al crecimiento óseo y es fundamental durante la menopausia. En cuanto al sistema digestivo, favorece el tránsito intestinal y actúa como protector estomacal del exceso de ácidos.

Es interesante destacar que las poblaciones mediterráneas tienen una incidencia de la hipertensión arterial un 10% menor que en EUA, donde se consume aceite de semillas.

OliSaResclosa_Salud